La fecha simbólica del 8 de marzo se convierte cada año en un nuevo recordatorio de la lucha por mejorar la calidad de vida de las MUJERES.
Nos sirve de indicador sobre las permanentes desigualdades existentes entre mujeres y hombres en el ámbito tanto público como privado.
Y nos impulsa a seguir trabajando por ampliar los derechos de ciudadanía para las mujeres, con políticas de igualdades sólidas, concretas y sobre todo que inciden en los problemas reales de las personas.
Sabemos que aún hoy las mujeres cobran un 28,8 % menos que los hombres; que en un 83% de los casos ellas siguen siendo las responsables del cuidado de las personas dependientes; que sufren las dramáticas consecuencias de la violencia de género y que a pesar de que ya salen de las universidades un 60% de las mujeres licenciadas, siguen liderando la estadística de contratos temporales y el abandono de su empleo cuando llega la maternidad.
En el ámbito doméstico, no se ha producido una incorporación de los hombres. La responsabilidad del funcionamiento del hogar sigue siendo exclusivamente de las mujeres. Sin embargo, el trabajo doméstico sigue sin tener prestigio ni reconocimiento alguno, siendo como es imprescindible para el mantenimiento y el desarrollo de la sociedad.
En los medios de comunicación y en la publicidad, se siguen reproduciendo roles y estereotipos tradicionales que reducen a las mujeres a mero objeto, atribuyéndoles en muchas ocasiones las causas de la violencia que se genera contra ellas.
Queremos incidir especialmente en la más cruel de las discriminaciones: la violencia que se ejerce contra las mujeres.
La violencia contra las mujeres es un hecho estructural y no coyuntural, que se produce y reproduce de múltiples formas, en cualquier situación y en todos los tiempos y lugares del mundo. En la calle, en la casa, en la discoteca, en el lugar de trabajo, en los chistes, en las instituciones políticas, en la televisión, en Internet, en la prensa, en la ciudad, en el campo, en la “paz”, en la guerra, en el norte, en el sur… En cualquier clase económica, en cualquier etnia, en cualquier trabajo, en cualquier lugar del planeta. Sea cual sea nuestra condición social, todas somos objeto de violencia, una violencia que unas veces se manifiesta físicamente y otras de forma psicológica, sexual o moral.
Son muchas las formas en que se ejerce la violencia contra las mujeres y ninguna de ellas es un hecho aislado. Tampoco son hechos casuales y tienen un origen común: la consideración de las mujeres como seres de segunda categoría.
Desde aquí, queremos decir ¡¡¡BASTA YA!!!.
Para festejar este día, que tanto ha costado conseguir, no sólo este día, sino el derecho al voto, el derecho a un trabajo, el derecho de opinar, etc. Se realizaron varias actividades, comenzamos repartiendo lazos morados, se proyecto la película “Volver” de Pedro Almodóvar, en el hogar de los pensionistas. Y se realizó un taller de aprovechamiento de residuos, “taller de jabón”, que fue impartido por un monitor experto en la materia, que nos cedió, la Comunidad de Vegas Altas, ubicada en Madrigalejo.
Realización del taller; materiales necesarios, aceite usado, sosa, y paciencia.
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